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Esperancita Escarlata

Un día como tantos

Un día como tantos

      Seguramente hoy ha sido un día como los demás. No hay grandes cosas que decir ni acontecimientos memorables. Naturalmente me refiero a mi vida y dejo fuera al resto del planeta y del universo. Un día más. Sin embargo siento algo diferente.

      Hoy he visto personas que quiero y que no siempre podré ver. He conocido gente nueva. He recibido una llamada inesperada y agradable. Me he enfadado y no me ha gustado. He terminado de leer un libro con final triste y me he entristecido. He besado a mi niña. Puedo verla descansar mientras duerme.

      Salió el sol y he visto una luna limpia y redonda.

      Sin duda ha sido un día más. Con muchos detalles. Irrepetible.

      Pensar que mañana habrá otro me alegra y me tranquiliza. A pesar de los malos ratos.

      Hasta mañana.

     

     

Reconfortante

Reconfortante

"El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura."

Miguel de Unamuno

A JUGAR OTRA VEZ

       Ojos de gato, pelo de gato, nariz de gato, patas de gato, y no es gato.

¿Qué es?

      Hace ya tanto tiempo que no hay nada nuevo por aquí que he elegido la adivinanza como medio de romper el hielo. No es muy original, pero es una forma.

      Un saludo cariñoso a quien pase por aquí todavía a ver qué hay.

Sucedió en mi pueblo

            En los tebeos había visto yo cómo, a veces, los gatitos pequeños se subían a una rama de árbol demasiado alta y luego se quedaban en ella maullando, porque no eran capaces de bajar. Entonces llegaba alguien y los socorría subiéndose a buscarlos, bien con una escalera o bien a pelo. Me suena a historieta de Don Celes o de Mickey Mouse.

            Pues bien. Hace unos días, pude ver en directo una escena similar, pero mucho más graciosa. En este caso, el que había trepado hasta un tejadillo de la iglesia, no era un gatito, sino un niño de unos nueve ó diez años. Estaba acurrucado contra la pared y no se atrevía ni a moverse. Seguramente se subió en busca de un balón o algo así. Supongo que fueron sus amigos, otros dos niños que le rondaban desde abajo, los que dieron aviso del apuro del muchacho. El caso es que cuando yo pasaba llegaban ya nada menos que CUATRO policías municipales, que se apearon del coche en plan peliculero y por eso me fijé en la escena.

            En seguida se hicieron cargo de la situación y uno de ellos trepó por una reja hasta tocar el tejado. Seguro que este fue el camino que había seguido previamente el chiquillo. Parece que no le gustó la idea de utilizar esa vía y volvió a bajar. Otro de sus compañeros se ausentó unos minutos, quedando pues, tres de guardia. El niño seguía en el mismo sitio, hecho un ovillito y sin mover ni un pelo. Había que fijarse bien para distinguirlo de las tejas. Me pregunto qué estaría pensando. ¿Me caerá una bronca buena? ¿Me reñirán los polis? ¿Saldrá el sacristán y me tirará de las orejas? Como se enteren en casa…

            Al poco reapareció el policía. Venía acompañado de un chico, y entre los dos portaban una escalera lo suficientemente larga como para alcanzar el tejadillo, que tendría unos tres metros y medio ó cuatro de altura. En unos minutos y con ayuda de uno de los agentes que subió a buscarlo, el niño estaba de nuevo poniendo el pie en tierra. Tenía cara de “¡tierra trágame!

            Hasta aquí puedo contar. No vi que los municipales le pusieran una multa. Ni tan siquiera se llevó un capón. Algo sosaina el final, la verdad. Un poco estilo Disney, pero sin música de violines.

¡Suerte, maestro!

¡Suerte, maestro!

      No se lo digo a ningún torero, no. Se lo digo a todos los que reciben mañana a su grupo de escolares.

      ¡Suerte para todos!

      A ver si se pasan pronto las angustias y los mosqueos.

      Es materia delicada la que trabajan. Debajo de esa apariencia de "pequeños monstruos" que tienen a veces los infantes, hay siempre un corazoncito lleno de ilusiones.

      ¡Suerte, maestro! y que se te dé bien. Que tengas buenos alumnos. De esos respetuosos con todos. De los cariñosos. No importa que no trabajen como tú quisieras. ¡Pero que sean de los buenos! Amables y entusiastas.

      A ver si eres capaz de ayudarles un poco y no defraudarles demasiado. Lo tienes difícil. Eso seguro, porque esperan mucho de ti. Esperan precisamente lo mismo que tú de ellos. Quieren un profe amable, justo y respetuoso con todos. Si es cariñoso, mejor. Que no abuse del poder, que sea solidario y empático. Que trabaje mucho y que lo sepa hacer bien. Que no sea aburrido, sino animado y entusiasta.

      En fin... ¡que lo tienes difícil!

      ¡SUERTE, MAESTRO!

Estoy de acuerdo

Estoy de acuerdo

      "No sé en qué consiste que los gramáticos suelen ser pesadísimos y amazacotados estilistas, y que nada hay, por regla general, más soporífero que lo redactado por un maestro de gramática, así como nada más vivo, más suelto y más gracioso que el libre y vigoroso hablar del pueblo."

                                                                     Miguel de Unamuno

Una duda que tengo

...y debo añadir que tras años y años de darme golpes contra una pared, sigo dándome golpes contra la misma pared cada una de las veces que se cruza en mi camino. Y a pesar de parecerme que los años que van pasando son más bien unos pocos días, debo rendirme a la evidencia y admitir que son años ¡y no pocos ya!

      Teniendo todo esto en cuenta y considerando que debo analizar mis nulos avances en esto de la pared, no me alcanza el entendimiento para sacar una conclusión decente.

      Me niego a creer que soy incapaz.

      ¿Será tal vez que la pared ejerce sobre mí una suerte de efecto imán?

      ¿Habré desarrollado una adicción perjudicial para mi salud?

      ¿Será tal vez que hay mucho hijo de su madre suelto por el mundo y no tienen otro quehacer que plantar una pared justo en mis narices cuando ven que he bajado un poco la guardia?

Bienaventurados

Bienaventurados


La vida te la dan
pero no te la regalan.
La vida se paga
por más que te pene.
Así ha sido desde que
Dios echó al hombre del Edén,
por confundir
lo que está bien
con lo que le conviene.

Si a plazos o al contado
la vida pasa factura,
rebaña y apura
hasta las migajas.
Que si en cada alegría
hay una amargura,
todo infortunio esconde alguna ventaja.

Bienaventurados los necios
que se arriesgan a prestar consejos
porque serán sabios a costa
de los errores ajenos.

Bienaventurados los pobres
porque saben, con certeza,
que no ha de quererles nadie por sus riquezas.

Bienaventurados los adictos a emociones fuertes
porque corren buenos tiempos para la gente marchosa.

Bienaventurados los dueños del poder y la gloria
porque pueden informarnos de qué va la cosa.

Bienaventurados los que alcanzan la cima
porque será cuesta abajo el resto del camino.

Bienaventurados los que catan el fracaso
porque reconocerán a sus amigos.

En cualquier circunstancia
por lastimosa que sea,
busca la manera
de comer perdices;
que a pesar de lo alto que
nos coloquen el listón,
hay que brincar
con la intención
de ser felices.

Bienaventurados los castos
porque tienen la gracia divina
y la ocasión de dejar de serlo
a la vuelta de la esquina.

Bienaventurados los que aman
porque tienen a su alcance
más de un cincuenta por ciento de un gran romance.

Bienaventurados los que están en el fondo del pozo
porque de ahí en adelante
sólo cabe ir mejorando.

Bienaventurados los que presumen de sus redaños
porque tendrán ocasiones
para demostrarlo.

Bienaventurados los que contrajeron deudas
porque alguna vez alguien hizo algo por ellos.

Bienaventurados los que lo tienen claro
porque de ellos es el reino de los ciegos.

 

                             Joan Manuel Serrat (Cantautor español).

El mundo está enfermo

El mundo está enfermo

    Tal vez esto sea real en alguna parte del mundo no muy lejos de mi casa. Tal vez esté ocurriendo a diario. Tal vez yo lo haya visto en los informativos de la televisión. Tal vez lo haya oído en los informativos de la radio.

    Sigue pareciéndome increíble.

Era evidente

Era evidente

El papá vestía a su hija de tres años, y no encontraba los calcetines.

- Nena, ¿dónde pone tu madre los calcetines?

- Aquí -dijo la niña señalándose los pies.

 

Pues claro, hombre, claro. ¿Dónde los iba a poner si no?

Si al menos se lo hubieras preguntado con más exactitud... seguro que te lo habría dicho porque

¡UNA NIÑA DE TRES AÑOS YA ES CAPAZ DE SABERLO!

 

Sencillo consejo

Sencillo consejo

"Si buscas resultados distintos,

no hagas siempre lo mismo."

Albert Einstein (1879-1955)

Científico estadounidense de origen alemán.

HE ANDADO MUCHOS CAMINOS...

HE ANDADO MUCHOS CAMINOS...


He andado muchos caminos
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares
y atracado en cien riberas.

En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra.

Y pedantones al paño
que miran, callan y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.

Mala gente que camina
y va apestando la tierra...

Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.

Nunca, si llegan a un sitio
preguntan a dónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja.

Y no conocen la prisa
ni aún en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino,
donde no hay vino, agua fresca.

Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y un día como tantos,
descansan bajo la tierra.

 

Poema de Antonio Machado, poeta español.

(Sevilla 1875 - Collioure 1939)

 

http://www.poesia-inter.net/canc0036.htm

Descubrir

          Cuando ella llegó a este mundo, no sabía apenas nada. No sabía de la nada de donde venía y nada sabía de los brazos que la estaban sosteniendo. Fue mucho después cuando empezó a vislumbrar alguna de las verdades que eran evidentes. Era evidente que no por haber nacido era ya uno más. Eso había que ganarlo cada día. Era evidente que no todo era cierto. Era evidente que las verdades de cada cual no eran las que parecían. Sobre todo, era evidente que no había que dar nada por supuesto y que en realidad  nada era tan evidente como para tenerlo en cuenta y basar en ello ninguna verdad absoluta.

           A partir de ahí, decidió ignorar lo descubierto e intentar seguir viviendo como lo había hecho siempre. Sin recelar de nada ni nadie… en principio. Con la cara descubierta para que le diera el aire y con los cinco sentidos alerta para no perderse ni un ápice de su vida. Para descubrir novedades en cada rincón. Para sorprenderse como lo hace un niño. Poniendo todo de su parte para que cada día tuviese un sabor distinto e interesante.

          Y siguió viviendo.

Respuesta evidente

Respuesta evidente

De nuevo un chiste.

Supongamos que esto es una entrevista a un políglota. Un hombre que habla varios idiomas es interrogado por supongamos un o una periodista curiosilla.

- ¿Y cómo ha llegado usted a dominar a la perfección varias lenguas y conocer con bastante profundidad otras tantas?

- Pues ya ve usted. Soy hijo de padre español y madre francesa. He ahí el porqué de dos de ellos. Sin embargo me crié en Londres. Por tanto hice mis estudios completamente en inglés. Luego, tenga usted en cuenta que me licencié en filología y siempre me interesaron las lenguas antiguas... En fin. Mucho estudio y...

- ¿En qué idioma habla en su casa?

- Pues en español o francés. Según la ocasión.

- ¿Y en el trabajo?

- Más bien en inglés, aunque también depende.

- ¿Qué lengua utiliza más con sus amigos?

- ¡Uf! Varias. Tengo amigos de varias nacionalidades.

- Y... ¿en qué piensa?

- Pues... básicamente...

 

¿Te sabes el chiste?

¿Cuál sería tu respuesta?

Mejor reirse...

Mejor reirse...

Hummmm... 

¡Vaya, vaya!

Me he estado fijando y mira lo que tenemos aquí:

por un lado, tenemos un camello solitario todito rodeado de dunas

y sobre él una criaturita llorosa.

¡No he podido evitarlo!

Lo primerito que se me ha venido hoy a la cabeza al verlo ha sido

¡¡¡PERET!!!

 

"U...na lágrima cayó en la arena

en la arena cayó tu lágrima.

Y una lágrima cayó en la arena

la que quisiera quisiera encontrar.

Tú me pedistes un besooooooo

tú me pedistes un besooooooo

¡ay! en la orilla del maaaaaaaaaar

y como no te lo dabaaaaaa

y como no te lo dabaaaaaa

tú te pusiste a lloraaaaaaaar.

Una lágrima tuyaaaaaaa

¡ay! una lágrima tuyaaaaaaa

en la arena cayóooooooo

y una ola atrevidaaaaaa

¡ay! una ola atrevidaaaaaa

hacia el mar la llevó.

U...na lágrima cayó en la arena

en la arena cayó..."

 

          Yo creo que la canción le venía al pelo a la página ahora mismo. Lo que siento es que la he buscado en "tutubo" y no está. Está la del borriquito y alguna otra, pero la de la lágrima no. ¡Una pena! porque para quien no la conozca, no va a ser lo mismo.

"Vale más reir que llorar

así la vida..."

(No recuerdo más, pero este Peret es todo un filósofo)

 

 

Lágrima

Lágrima

Qué embrujo te trajo o qué embrujo te alejó.

Tuve suerte de vivir junto a ti una parte de tu andar por este mundo.

Pago ahora con lágrimas el precio.

Un alto precio sin duda,

pues mi sufrimiento es grande.

Cada día que pasa empapado en tu ausencia

es como una daga que hiere mi piel.

Cada día me digo que no será...

pero es.

¡Por fin paró de llover!

¡Por fin paró de llover!

Pues ahí lo tienes.

La confirmación del dicho:

"Lo que uno no quiere, otro lo desea."

Este de ahí arriba sueña todas las noches con la musiquilla del agua.

¡Como te lo digo!

 

Ya va... ya va...

Anda que no hay ganas ni nada de que deje de llover de una vez en esta paginica. Pues nada, nada. En cuanto escriba un articulillo más se producirá el milagro del silencio.

¡Aaaayyyyy!

¡Lo que lo vais a echar de menos!

¡Ese ambiente primaveral eterno! ¡Ese frescor salvaje!

¡Esas ganas de ir al water!

Tesoro de colorines

Tesoro de colorines

A que te gusta ¿eh?
Es un pequeño tesoro. Despierta la ilusión infantil de cualquiera, por muy escondida que se tenga en el desván. Encierra dentro de sí todo un mundo de posibilidades de creación, de belleza... Deseos de partir de nuevo de cero y hacerlo mejor que nunca...

Diálogo en un restaurante

Diálogo en un restaurante

La camarera: ¿Qué desea de primer plato?

El cliente: Arroz con mejillones.

La camarera: ¿Y de segundo plato?

El cliente: Un arroz negro, por favor.

La camarera: ¿Va a tomar postre?

El cliente: Pues sí. Tomaré arroz con leche. Gracias.

La camarera: Vamos a poner un poco de música. ¿Tiene alguna preferencia el señor?

El cliente: Si no le importa me gustaría que pusieran a...

 

¡Qué cliente tan particular! ¿No es cierto?

¡Qué gusto tan regular!

¿Adivinas qué música pidió?